13 diciembre 2006

Belenes falsificados: Parte III


Maestro,
¿qué han hecho con tu historia?
¿Por qué es tan fácil olvidar su triste verdad?

Varón de dolores y experimentado en aflicción...

Te tienen ahora en un palacio, pero tus primeros gritos, aterrizando aquí en esta oscura Tierra, claman en protesta.

No era así. Nunca fue fácil amar tanto, darlo todo... incluso a todos aquellos que te odiaban. A las mujeres que insultaban a tu madre. A quiénes la despreciaban por pobre, "mentirosa" (visiones, sí sí, visiones habrá tenido, ¡la muy lista!). Nunca fue fácil.

La verdad, -y tú lo sabrás mejor que yo, mi Amigo-, es que posiblemente sí tenían un cuarto libre, limpio ... lleno de luz, aquella primera noche en aquel hotel, en las entradas de la ciudad de David.

Pero nada más escuchar el accento de tu padre, (más gentuza del campo) ... y viendo la cara cansada y la ropa barata de tu madre, aquella habitación desapareció. Simplemente dejó de existir. Nunca había existido. Por lo menos no para gitanos..., gente de la calle, gente de color como tus padres, de un pueblo del que se burlaba en tus tiempos, como hoy se burla de Lepe. (¿¡Acaso algo bueno puede venir de N?!, decían)

Así que, sólo queda el garaje. Sí, allí tenemos sitio para ustedes, un poco 'chabola', eso sí, pero qué más da, es lo que hay. Seguro que no os importará. Ni el olor a basura, ni las manchas de aceite de los coches en el suelo. (Estaban tan cansados tus padres.) Hace frío, pero también hay un montón de periódicos listos para el reciclaje en la esquina - sí, sí, aprovéchalos, ¡no hay problema!.

Fue despreciado y desechado de los hombres... y como uno de quien los hombres esconden el rostro, fue despreciado, y no le estimamos.


¿¡Eh?! ¿Qué me preguntas? No, no hay médico en este pueblo. ¿¡A estás horas?! Es lo que hay, decídete ya, o lárgate de aquí, ¡Galileo!



Hablan mucho de Reyes y Ángeles
, mi pequeño niño, Yeshua.
Y es cierto, tu mamá te lo contaba mil veces después ... te recordaba cómo llegaron los primeros "reyes", corriendo desde los campos alrededor del pueblo aquella noche, tan asustados, apenas capaces de respirar por alegría+susto+asombro. Olían muy mal, esos tres hombres: a tabaco, ovejas, mierda ... enfermedad. Y tampoco eran príncipes azules, ninguno de ellos.

Eran los intocables de aquella sociedad, marginados, análfabetos... hombres con dubiosas morales y peores costumbres. Tu abuela les tenía miedo a pastores de campo como ellos (pero tampoco le gustaban mucho a ella los pescadores, ¿te acuerdas?).

¡Qué susto daban a tu padre! Golpeaban tan fuerte contra la puerta del garaje que el dueño de la casa también se llevantó, enfadadísimo. Pensaba que el jaleo era culpa de tu padre; estaba listo para echaros a todos al frío. ¡Pero ya! De hecho, tu madre temía esto, porque cuando él y su mujer escuchaban a los tres "reyes" cantando alzabanzas a Dios, hablando de una visión de ángeles anunciando Tu Nacimiento, Tu Llegada ... pues, esto casí era el colmo.

Ya véis porque era mejor ponerles aquí, le susurraba su mujer al dueño. Todos borrachos: tantos ángeles, sí sí ... tanto Don Simon digo yo! Vaya ladrones, pero qué pasa aquí, ¡todos fuera!


Así empezó Maestro, ahora ya nos acordamos un poco mejor de cómo era. Diosconnosotros, Emmanuel, el Verbo hecho Hombre, allí en el suelo sucio y frío, vulnerable y débil, como yo. Tu madre apenas 14 años, temblando por el frío y el agotamiento. Y toda esa gente extraña, eufórica; otros cerrados, nada amables ... y después, durante toda Tu vida, los rumores: sobre tu madre, y también sobre tu "Padre" (sí, sí, esto se entiende, pobre chaval) ... y tantas, tantas cosas más.


Hoy, todo es diferente. Nuestros sacerdotes te han limpiado. Han adaptado un poco el guión. Ya llevas una corona de oro y la habitación tiene columnas de mármol. Te hubiera gustado, y a tu madre esas sábanas de algodón egípcio son lo que realmente hubiera merecido después del viaje y el dolor. Pero sabemos que no era así, Señor. Cuando llegaste aquí, para compartir el camino conmigo, con nosotros todos, no fuiste a Roma, ni siquiera a Jerusalén. El Gran Anuncio (más dorado y glorioso que lo mejor de Freixenet) se estrenó ante un puñado de marginados. ¿Y el Palacio? Bastaba con un garaje, allí entre dos coches, al fondo donde podríais tener un mínimo de privacidad y amparo.


Pensé en ti y en todo esto hoy, Maestro. Porque, pasando página en La Vanguardia, ví una foto y te juro que pensé que era tu madre. Pero me equivoqué. Sólo era una chica negra de 14 años en Canarias llorando la muerte de sus familiares, porque anoche se quedaron perdidos todos, en pleno mar. Al ver esa foto, busqué otras, para ver si Te veía con ella, pero no estabas allí.


¿O, acaso, sí?



Ver también: "La Navidad que no conoces"

Créditos foto: Stoneth, USA

5 comentarios:

  1. Pensé en ti y en todo esto hoy, Maestro. Porque, pasando página en La Vanguardia, ví una foto y te juro que pensé que era tu madre. Pero mi equivoqué. Sólo era una chica negra de 14 años en Canarias llorando la muerte de sus familiares, porque anoche se quedaron perdidos todos, en pleno mar. Al ver esa foto, busqué otras, para ver si Te veía con ella, pero no estabas allí.

    Sí, quizás sí, Paul.

    Gracias por las últimas entradas. Y los retratos son fantásticos...

    Gracias de nuevo,

    Teólogo Dadaísta / Ignacio

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  2. Hermoso post.
    Ignacio, me paso lo mismo con esa imagen, "natividad" lo llamé.
    Un abrazo

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  3. está muy bien reflexionar sobre el origen del belen, que ironía , con el fasto y derroche que vivimos.

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  4. Os paso la aportación "navideña" del artista del graffiti BANSKY.

    No tiene desperdicio y creo que acompaña muy bien todo el tema de estos posts.

    http://www.banksy.co.uk/menu.html

    Un abrazo!
    Joe

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  5. Está muy bien Joe, ¡gracias por pasarnos el link!

    Os lo recomiendo...

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