Es difícil amar

Hablamos mucho del amor entre nosotros, aquí en el Blog. Y claro está: hay muchos tipos de amor. Recientemente, Cris nos hablo de lo imprevisto y tempestuoso que puede ser el amor romántico.

Pero hoy no hablaré de ese amor, Eros, sino de su hermano mayor Ágape, el amor más transcendental e importante. Es el Amor que más nos cuesta poner en práctica, pero siendo así, es también el Amor más precioso. Es una de las metas de mi vida llegar a ser una persona capaz de expresar el amor incondicional de Ágape en todo momento.

Bueno, esto, por lo menos, es mi intención.

Ayer tuve una reunión en las oficinas de un cliente que pusó a prueba este buen propósito mío. Estamos en la recta final de un proyecto que está muy bien ideado estratégicamente. El diseño gráfico es atractivo y apoya por completo todos los objetivos. Pero resulta que mi cliente ha invitado a otra empresa a formar parte de nuestro equipo, dado que parecen tener mucha experiencia con el público objetivo al que nos dirigimos.

Decirte que aguanté mucho ayer, durante dos horas en las que este "partner" nuevo no paraba de criticar y "meter mano" de una forma muy subjectiva en nuestro proyecto. ¡Vaya teamwork! Los dos representantes de ese pequeño estudio querían tener tanto protagonismo en la reunión que a veces pareceía que ellos eran el cliente que mandaba.

Tenía que morderme la lengua tanto que casí la tenía destruida. Logré mantener la calma mientras criticaban un proyecto muy bien hecho, sin justificaciones. Seguía sonriendo y bromeando con mi cliente. Pero una vez en la calle solté mi irritación e ira, pidiendo a mi compañera que me "dejara ventilar". Si no, explotaré, le decía.

Pero luego, lo que a mí me molestaba más, cuando pensaba en la situación, no era la reunión en sí, si no mi propia reacción interna. Me provocaban tanto que me daba ganas de decirles de todo. ¡Menudo amor por mi parte! A veces cuesta muchísimo.

En mi guía diaria* encuentro esto: "Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan. No paguen a nadie mal por mal... No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien."

Está bien leerlo, pero vivirlo es una cuestión de voluntad, por un lado y de profundos recursos espirituales, por otro. Pero aún que cueste, estoy decidido: quiero ponerlo en práctica - no a regañadientes, sino de pleno corazón.

Así que, públicamente, les deseo todo lo mejor a estas dos personas: que prospere su propia empresa, que tengan mucho éxito personal y profesionalmente... que sean bendecidos. Les amo.

;-)


* El Libro Mágico de Mi Maestro, "La Carta a la Gran Urbe",
capítulo 12