Uno de los pilares del éxito de Adolf Hitler fue su uso experto de la Comunicación,
los Medios y de arquetipos universales y visuales que conectaban profundamente
con las emociones de su público.
Fue capaz de plasmar -- con pocas palabras, pero imágenes muy impactantes -- no sólo la situación desesperada de Alemania, sino también el glorioso futuro que él prometía a sus conciudadanos.
Un futuro que él pretendía liderar como Führer, con un poder absoluto.
Mediante los eslóganes, carteles, programas radiofónicos y películas,
los Nazis "pre-programaron" a los alemanes, para que participasen en la "Gleichschaltung":
la aceptación de las ideas y políticas del régimen
sin cuestión, ni oposición.
Todos pensando y desfilando en las misma filas, juntos.
Ein Volk. Ein Reich. Ein Führer.
(Un pueblo. Un Reich. Un Líder.)
La Comunicación desde aquel entonces ha llegado a alcanzar niveles tecnológicamente tan sofisticados que el creciente temor ante su poder y posible abuso es algo que veo como más que justificable.
Tememos la manipulación, pretendemos ser vigilantes ante la emergencia de una Nueva Propaganda de otro Nuevo Líder. Sin darnos cuenta de que ya estamos inmersos en un 'Matrix' repleto de mensajes creados precisamente para "pre-programarnos" y fomentar nuestra aceptación de conceptos que normalmente rechazaríamos, si nos llegasen por la vía racional de nuestras mentes.
Estos mensajes que pretenden condicionarnos, para que aceptemos un futuro radicalmente diferente no llegan por medio de la racionalidad. Sino que, como en tiempos de Hitler, penetran nuestras defensas al presentarse en momentos de ocio y relajación, por medio de las imágenes.
Este mes, nuestros cines se llenaron con millones de jóvenes del Siglo XXI, receptivos y entusiastas fans de todo un fenómeno mediático en Estados Unidos: Los Juegos del Hambre... The Hunger Games.
La trama no podría ser más inquietante, sobre todo cuando admitimos la posibilidad de que (quizás) no toda película sea "puro entretenimiento", sino que también existe la posibilidad de que "alguien" podría avalarse del poder del Séptimo Arte -- ahora, como antes -- como una magnífica plataforma propagandística. Para crear la predisposición positiva hacia temas tan repelentes como una dictadura, la pérdida de derechos personales y hasta ... los sacrificios humanos.
En "Los Juegos del Hambre", el "entretenimiento del futuro" se basa en un 'Gran Reality' que consiste en la lucha hasta la muerte de 24 jóvenes elegidos al azar desde 12 "distritos"(¿guetos?) de los futuros EEUU, un país ya sometido a un gobierno más poderoso aún: un "Nuevo Orden Mundial".
Ahora que hemos ya visto la aparición y popularización de todo tipo de serie sangrienta, vampírica y sadomasoquista (Crepúsculo, True Blood, SAW, REC, Spartacus, y ahora American Horror Story),
Los Juegos del Hambre nos suguieren la idea del sacrificio humano en prime time televisivo.
Los Juegos del Hambre nos suguieren la idea del sacrificio humano en prime time televisivo.
En otras palabras, la propuesta de este nuevo blockbuster es que consideremos como posibilidad que futuras generaciones se harán "Fans" de una crueldad, violencia y perversión no vista desde que Nerón iluminaba sus fiestas con la luz de antorchas humanas (cristianos). Una época terrorífica en la que un pueblo completamente esclavizado "celebraba" sangrientas fiestas de panem et circenses en un Coliseo bañado en la sangre de miles y millones de inocentes.
Puede que sea sólo otra peli más, una mera reflexión sobre nuestros temores colectivos.
Pero, ¿y si lo no fuera?
Si fuera el 'guión' de un futuro no tan lejano,
¿Es éste el futuro que queremos? ¿Podremos cambiar de canal?
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Crédito fotos:
The Hunger Games, Copyright Lionsgate Entertainment.
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