Las declaraciones del "Secretario
de Estado" del Vaticano, Cardinal Tarcisio Bertone, vinculando la pederastia con la homosexualidad me han llenando con una sensación de enorme frustración... y tristeza.
¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?
¿O cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, déjame sacarte la mota que está en tu ojo", cuando tú mismo no ves la viga que está en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo y entonces verás con claridad para sacar la mota que está en el ojo de tu hermano.
No sólo es una blanca mentira decir que la homosexualidad es raíz de la pedofilia; es una vez más la prueba de que esta hierarquía poco tiene que ver con el amor y la compasión mostrados --entonces y hoy-- por mi Maestro, Jesuscristo.
Lejos de tirar piedras, Él abraza a todo hombre y a toda mujer gay que Le busca... y ama sin parar a aquellos que incluso maldicen Su Nombre (por ignorancia, o bien debido a las heridas sufridos por las manos de muchos que ostentan ser seguidores Suyos).
Para éstos últimos se les queda una última frase Suya, que seguramente vendrá acompañada por una mirada severa, pero triste a la vez:
¿Y por qué Me llamáis: "Señor, Señor",
y no hacéis lo que Yo digo?
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