14 octubre 2009

Goodbye, Jordi

Resurrección: detalle de uno de los portales
de la catedral de Notre Dame de Paris


Mi amigo Jordi murió esta madrugada,
en los brazos de su madre y rodeado por las personas que le querían.

Así terminó un largo viaje
-- y una larga lucha a causa del SIDA --
que le ató a una silla de ruedas durante más de una década.

Mucho sufrimiento, mucha angustia... eso sí.
Pero en medio de esa oscuridad, Jordi también encontró la fe
y llegó a conocer la realidad de un Dios vivo
que nunca se apartó de su lado.


Querido Jordi, te dedico las siguientes líneas.
Hasta que nos veamos de nuevo y te fundas en mis brazos
para recibir un fuerte abrazo, en ese Día Nuevo
que ya disfrutas y que juntos, celebraremos.

* * * * * * * * * *

Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo
para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.

El que cree en El no es condenado; pero el que no cree,
ya ha sido condenado, porque no ha creído
en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Y este es el juicio:
que la luz vino al mundo,
y los hombres amaron más las tinieblas
que la luz, pues sus acciones eran malas.

Porque todo el que hace lo malo odia la luz,
y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas.

El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en su mano.

El que cree en el Hijo tiene vida eterna;
pero el que no obedece al Hijo no verá la vida,
sino que la ira de Dios permanece sobre él.

Jesús le dijo:
Yo soy la resurrección y la vida;
el que cree en mí, aunque muera, vivirá,
y
todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás.

¿Crees esto?



El Libro Mágico de mi Maestro
"El Relato del Amado", capítulos 3 y 11



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