En los medios del aldea global los repetidores del "Matrix" transmiten el mensaje de continente en continente: La cumbre de los G-20 ha sido un éxito "sin precedentes", estamos a salvo.
La colaboración entre países ha sido inédita y bienvenida, eso sí; ahora bien, lo que nos conviene examinar más a fondo es el contexto y el boceto del nuevo orden mundial financiero que está emergiendo.
El 11-S cambió muchos conceptos de la libertad personal que valorábamos debido a la importancia imperativa de seguridad ; la cumbre de Londres lo hará en términos de la libertad económica, dada la (clara y innegable) existencia de una emergencia mundial.
Si te paras a pensar, es posible que te inquietarán patrones históricos no tan lejanos: pienso en un Reichstag en llamas, encendido por sus propios seguidores y según el plan, que permite a Adolf Hitler abolir en muy pocos días una consolidada democracia, gracias a una "Notverordnung", los poderes extraordinarios exigidos "debido a" una emergencia de su propia creación.
Resulta interesante contemplar que, hace unos 1.900 años una curiosa "visión" cursaba por el mundo en la que se profetizó la emergencia de una economía mundial completamente unificada, próspera y eficiente, pero en la cual los hombres llegarían a ser los esclavos más miserables imaginables.
Según el profeta, venderán sus almas... perdiendo en el acto todas sus libertades, a causa de su veneración absoluta del dinero.
¿Somos libres? ¿Aún?
La colaboración entre países ha sido inédita y bienvenida, eso sí; ahora bien, lo que nos conviene examinar más a fondo es el contexto y el boceto del nuevo orden mundial financiero que está emergiendo.
El 11-S cambió muchos conceptos de la libertad personal que valorábamos debido a la importancia imperativa de seguridad ; la cumbre de Londres lo hará en términos de la libertad económica, dada la (clara y innegable) existencia de una emergencia mundial.
Si te paras a pensar, es posible que te inquietarán patrones históricos no tan lejanos: pienso en un Reichstag en llamas, encendido por sus propios seguidores y según el plan, que permite a Adolf Hitler abolir en muy pocos días una consolidada democracia, gracias a una "Notverordnung", los poderes extraordinarios exigidos "debido a" una emergencia de su propia creación.
Resulta interesante contemplar que, hace unos 1.900 años una curiosa "visión" cursaba por el mundo en la que se profetizó la emergencia de una economía mundial completamente unificada, próspera y eficiente, pero en la cual los hombres llegarían a ser los esclavos más miserables imaginables.
Según el profeta, venderán sus almas... perdiendo en el acto todas sus libertades, a causa de su veneración absoluta del dinero.
¿Somos libres? ¿Aún?
Créditos foto: Paul de Sudáfrica en Flickr
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