¡Te queremos Alberto!

A mi amigo y hermano Alberto le llamo el "Trobador", puesto que es una persona ungida con un talento muy especial: el de cantar las maravillas y las excelencias de un Dios vivo, altisimo y real al que juntos, servimos los dos.

(Es evidente que no me refiero al dios-fotocopiado-vendido-impotente-irreal de la Religión de nuestros tiempos.)

Alberto era durante años y años la pieza central de un grupo de rock cristiano llamado SIÓN (www.sionmusic.com), y disfrutaba de una carrera exitosa que terminó, abruptamente, cuando él empezó a andar en completa integridad y chocó con los religiosos de su entorno. La gente que antes le aplaudieron, de la noche al día le daban de repente la espalda: por ser honesto, transparente, integro y humano.

Por si esto fuera poco, ahora batalla un cáncer del esófago - justo en el punto de su cuerpo donde más puede tocar muchas vidas mediante su don particular. Ha pasado por muchos "valles" durante los últimos años, eso sí: pulido por su Maestro para que brille más y más, siempre más. Y con la alegría de contar con el amor y el apoyo de Jonatan, su fiel compañero.

Alberto, chicos, se me llenan los ojos con lágrimas de alegría al leer las líneas mandadas esta tarde en el e-mail abajo. Que sigas cantando sus maravillas, hermano ... que eres una de las muchas que nos ha regalado Aquel a Quién tanto amamos...

Ahora, su correo:


Queridos amigos/as,

Solamente quería deciros que por fin estoy en casa. Como ya sabéis he pasado 47 días hospitalizado. El 24 de Junio me operaron y todo ha ido muy bien a pesar de la gravedad de la operación. Este domingo ya me dieron el alta y estoy recuperándome muy satisfactoriamente. Como podéis ver en a foto, he perdido bastante peso, que espero recuperar poco a poco. Me queda un recorrido aún por hacer, pero estoy animado por como ha ido todo.

Tanto Jonatan como yo queríamos daros las gracias porque sabemos que habéis estado preguntando e interesándoos por nosotros, y eso es de agradecer. Nos habéis cuidado un montón.

Muchos habéis orado, por mí, otros habéis rezado, otros me habéis mandado fuerzas o habéis pensado en mí. Fuera como fuera, lo he tomado como una oración conjunta que sé que Dios ha escuchado.

A pesar de lo durísimo de todo lo vivido en este mes y medio, he tenido una fortaleza y un ánimo increíble, sobrenatural, que solamente puedo explicar por la fe tan grande que tengo en Dios. Me he sentido cuidado y querido constantemente.

He recibido un apoyo y un cariño por parte de la familia y amigos, que han sido como una carga de batería constante. A veces me he sentido tan querido que me costaba entenderlo, y de nuevo he visto la sonrisa de Dios, confirmando que estaba de nuestro lado.

Os quiero,
Alberto