16 enero 2007

In vino, veritas


Un hombre plantó un viñedo, se lo arrendó a unos labradores y se fue de viaje por largo tiempo.

Llegada la cosecha, mandó un siervo a los labradores para que le dieran parte de la cosecha.

Pero los labradores lo golpearon y lo despidieron con las manos vacías.

Les envió otro siervo, pero también a éste lo golpearon, lo humillaron y lo despidieron con las manos vacías. Entonces envió un tercero, pero aun a éste lo hirieron y lo expulsaron.

"Entonces pensó el dueño del viñedo: '¿Qué voy a hacer? Enviaré a mi hijo amado; seguro que a él sí lo respetarán.'

Pero cuando lo vieron los labradores, trataron el asunto. 'Éste es el heredero --dijeron--. Matémoslo, y la herencia será nuestra.'

Así que lo arrojaron fuera del viñedo y lo mataron.

"¿Qué les hará el dueño?..."


El Libro Mágico de mi Maestro
"El Relato del Médico", capítulo 20

Créditos foto (Grafitti en Barcelona): Larry & Flo

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