¡Amigos! Ha sido muy interesante ver los comentarios sobre la última serie de posts, "Belenes falsificados".
Mientras Anna aplaudía el "reflexionar sobre el origen del belen, que ironía, con el fasto y derroche que vivimos", Jaaziel encontró "hermoso" ese punto de vista e Ignacio me daba las gracias, otros entre nosotros no han reaccionado igual.
Cristina confesó que no sabía "ni que decir. Me dejas sin palabras... Mucho que reflexionar." Y todavía otro amigo, lector puntual del blog me escribió lo siguiente en un mail a mi cuenta de Gmail:
Si bien podría matizar bastante sobre tu post navideño, sólo te dejo esta consideración: las sombras son necesarias, ayudan a realzar la figura principal, no es cuestión de "Cuadrado blanco sobre fondo blanco", pero un abuso de las mismas provocan el emborronamiento; y creo que el mensaje de Amor y Bien actualizado, para acercar a los que están lejos, que quieres transmitir, queda difuminado en el conjunto de tu exposición.
¡Un abrazo a todos por estos comentarios! Ahora bien,
¿Nos incomoda ver a un Niño Jesús que sufre el frío y la indiferencia, cuando el bebé de nuestros belenes (en casas del supuesto "Primer Mundo") está calentito y si no "adorado", entonces por lo menos "cómodo"? ¿Echamos de menos las reconfortantes melodías de villancicos y los paisajes nevadas de nuestras Noche Buenas imaginarias?
¿Por qué será?
Me imagino que un bebé Jesús nacido en una chabola será una imagen del Dios-que-nos-ama mucho más próxima para los millones de habitantes de Sao Paolo, de Calcutta, del Raval... Si hay algo "indignante", "emborronado" o incluso "escándaloso" de semejante imagen de un Redentor divino, entonces vamos bien.
Sí, vamos bien. Esto querrá decir que nos estaremos alejando poco a poco de esa religiosidad carca, estéril e irreal que todos conocemos. Un cuento de hadas creado para habitantes de una gran Burbuja que nada tiene que ver con la realidad de este planeta atormentado. La Religión intenta meter a Dios en una caja - y no en cualquier caja, sino dentro de su caja preferida, adornada con joyas y oro. Y bien cerrada. "Bajo control".
Pero afortunadamente el Todopoderoso, aunque muy manso y humilde en Su Esencia, no se deja domar tan fácilmente.
El Carpintero entró en el templo con un látigo y con ira: los fariseos habían convertido la casa de oración de su Padre en un mercadillo barato.
Cuando sus padres le presentaron con tan sólo 8 días de edad en Jerusalén ante los sacerdotes, para dedicarle a Dios, un profeta entre ellos le decía a su madre:
"Este niño está destinado a causar la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y a crear mucha oposición, a fin de que se manifiesten las intenciones de muchos corazones.
En cuanto a ti, una espada te atravesará el alma."
Bonitas palabras, ¿no? Su madre Miriam también pagó el gran precio del Amor, dando todo lo que tenía. Resistir al egoismo, combatir el mal, amar como Dios ama: esto nunca ha sido fácil.
Como observa nuestro nuevo amigo y contertulio Ignacio en su blog esta semana:
"La Navidad siempre estuvo marcada por la cruz."
Pablo de Tarsus declaró que Su Historia era un "escándalo" para los griegos, cuyos dioses antropomórficos eran la expresión más sublime de lo que anhelamos ser: perfectos, sin mácula. Para la mente helénica, un Dios-hecho-Hombre no podría ni concebirse tal y como Yeshua di Nazáret se nos presentó: un Dios-con-nosotros que tenía hambre, que conocía el sufrimiento y la amargura de la traición, que lloraba y se cansaba.
Ya he escrito mucho más de lo que quería; ¡si me has escuchado hasta aquí te lo agradezco!
Pero antes de terminar - y muy en línea con todo lo que estamos explorando juntos aquí - te quiero dejar con este vídeo y hermosísima canción de Joan Osborne.
En "What If God Was One of Us?", ella pregunta de una manera conmovedora para mi...
¿Y si Dios fuera uno de nosotros?
¿Otro pringao como nosotros?
¿sólo otro extraño más en el bus,
tratando de encontrar su camino a casa...?
La historia de Navidad sin "adornos" ni saccharina nos promete que así ha sido. Llegó a ser uno de nosotros, aquí donde vivimos, amamos, sufrimos...
A mi me parece increíble, inquietante, esperanzador.
¿Y tú?
Créditos foto: Lyburnum
"Así empezó Maestro, ahora ya nos acordamos un poco mejor de cómo era. Diosconnosotros, Emmanuel, el Verbo hecho Hombre, allí en el suelo sucio y frío, vulnerable y débil, como yo"
ResponderEliminarY me ratifico, Hermoso.
El perfecto, Admirable, Dios Fuerte, el Principe de Paz despojandosé de su majestad para venir a alcanzarme, a mostrarme lo que significa Amar.
Asi fue profetizado centenares de años antes:
"Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos." Isaias 53.2
Sí, Jaaziel ... entre otras cosas muchas gracias por hacer mención de la multitud de profecías hechas cientos de años antes Su Llegada.
ResponderEliminarEscribo aquí "Llegada" concientemente, con una L MAYÚSCULA, notando que la gran belleza de ese acontecimiento -una verdadera "invasión inédita" en la historia de la Humanidad- radica en su forma SILENCIOSA de desarrollarse.
Me fascina cuando contemplo el hecho de que ni el César Augusto, ni el rey Heródo*, ni los más sabios y grandes de aquellos tiempos tuviesen la más mínima idea de Su "Aterrizaje" entre nosotros.
(* Tardaría dos años más en enterarse, al llegar los tres foresteros desde el Este, buscando al Rey de los Judios...)
Pero que Él, fiel a lo que caracteriza Su Reino-al-Revés, haya ortogado el gran privilegio de visiones angelicales a unos humildes pastores y personas non gratas de las clases más bajas - para mi es uno de los detalles olvidados de esta Gran Historia que quería resaltar en los últimos posts.
Me hace pensar en otro gran pasaje de Isaias (a quien citas aquí igualmente), cuando escribió, unos 700 años antes de aquella noche en Belén:
He aquí mi Siervo, a quien yo sostengo, mi escogido, en quien mi alma se complace.
He puesto mi Espíritu sobre El; El traerá justicia a las naciones.
No clamará ni alzará su voz, ni hará oír su voz en la calle.
No quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo mortecino; con fidelidad traerá justicia.
No se desanimará ni desfallecerá hasta que haya establecido en la tierra la justicia, y su ley esperarán las costas.
Su Revolución Silenciosa sigue en marcha, aquí y ahora.
Cuán bello es Su Nombre...
Esta canción me despertó varias veces en mis tiempos de estudiante. La había escuchado muchas veces, pero nunca miré el video. Qué buena elección hiciste para el contexto del mensaje.
ResponderEliminarDios entre nosotros es Jesús. Ni más ni menos.
Sí, Caro, así es. Siempre he tenido que pensar en Jesús al escucharla.
ResponderEliminarGracias por pasar por aquí de nuevo y que nos hayas dejado otro comentario. ¡Que pases muy felices fiestas con tu familia!
Un fuerte abrazo virtual,
Paul