31 octubre 2006

Todos los Santos


No me gusta Halloween. Hay muchos motivos para esto, a los que no quiero aludir aquí. Me gustaría hablar del día que sigue al 31 de octubre: el de Todos los Santos.

Es un día especial que descubrí al mudarme a España. Me gusta, porque lo he vivido varios años desde la perspectiva del pueblo, y no desde la Gran Ciudad.

Me hace pensar en tantas cosas...
Hoy, reflexionando sobre la muerte, la pérdida de un ser querido, en ese gran vacío tremendo y el dolor tan profundo e incomprensible de alguien en luto, ineludiblemente tenía que pensar en Manuela, el personaje de la obra maestra de Pedro Almodóvar, "Todo sobre mi Madre".

Hay pocas escenas de dolor que me han estremecido tanto como aquella, cuando pierde a su hijo Esteban al verle atropellado por un coche en la lluvia, después de haber disfrutado junto a el de una obra de teatro. Tanto llanto. Tanta incomprensión. Sus lágrimas se mezclan con la lluvia mientras su hijo muerto yace en sus brazos en la calle. Inolvidable, Cecilia Roth. Imborrable de mi memoria.

A mi primer amigo en España le paso lo mismo. Él tenía 6 años, su hermano, sólo 3. En unos pocos segundos irreales, vio como un coche atropelló a su hermano en su pueblo cerca de Vic, a la vuelta de la esquina de su propia casa. Estaban jugando en la calle junto al peque, su hermana y él. El dolor le ha marcado para siempre, a él y a su familia. Puro dolor, completa e incomprensible pérdida.

Aprendí el significado bello de la fiesta de mañana de mi amigo. Hoy, como cada año, regresará a su pueblo en la plana de Vic. Y mañana, irá con sus padres al cementerio, para honrar a su hermanito, a mostrar su cariño, su respeto y su amor al pequeño.
Te tenemos aún con nosotros. Todavía estás en nuestros corazones.

Es curioso, pero cada vez que le he acompañado en el día de Todos los Santos, hemos disfrutado de un tiempo extraordinario: cielos azules y despejados, iluminados por un sol claro y blanco. Una luz, que aporta esperanza.

En camino a la tumba de su amigo Lázaro, mi mejor Amigo lloró ante la tragedia de la pérdida. Pero como quizás sabrás, no se conformó con ella. Declaró a una hermana desconsolada: Yo soy la Resurrección y la Vida. Al teclear estas palabras ahora mismo, me imagino como habrá caído semejante declaración de los labios de un humilde carpintero. Es que no me lo imagino susurrando algo de tal importe de una forma tímida. Será más bien una frase que salió con la fuerza de truenos, causando un viento fuerte en aquel instante.

El Libro Mágico de mi Maestro afirma que uno de los últimos enemigos vencidos de la Humanidad será la Muerte. Es algo innatural en el fondo, a pesar de su existencia entre nosotros. De hecho, si quieres aceptarlo, ya está vencida. Es una victoria que se expresó con una voz dulce, en palabras que cayeron como cristales, diamantes brillantes, de los labios de dos jóvenes luminosos cuando, (seguramente con expresiones de leve incomprensión en sus rostros), preguntaron a un par de mujeres delante de una tumba vacía:

"¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado."*

Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados... Cada año, Todos los Santos me recuerda de ello.

* El Libro Mágico de mi Maestro
"La Carta del Médico", último capítulo

Fotos: © Copyright 1999, El Deseo, S.A.

6 comentarios:

  1. Hola Paul, ya hacía mucho que no te escribíaa

    Mi opinión sobre el día de todos los santos es un poco contradictoria.

    Me explico, yo creo que antiguamente en España era muy típico el ir al cementerio los domingos, limpiar y poner flores al familiar correspondiente. Hoy día ya no estamos en ese momento de la historia y aunque mucha gente mayor conserva esa tradición la realidad es que los jóvenes no vamos al cementerio a visitar a nuestros familiares todos los domingos, ni una vez al mes ni cada dos meses. La verdad es que parece que solo nos acordamos de los familiares difuntos en este día de todos los santos. Por eso a mi personalmente no me gusta.
    Gente que no se acuerda en todo el año de ir al cementerio y va hoy...

    Es algo asi como que sea tu cumpleaños y recibir llamadas de gente que no has hablado con ellas en todo el año...

    A la vez todo esto me resulta contradictorio como te había dicho.
    En mi caso...no me gusta ir al cementerio y no voy nunca y sin embargo esta mañana cuando vi las floristerias llenas me di cuenta que día era y lo que debería haber hecho durante el año.

    Tiene esto algún sentidO?

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  2. Hi Cris,

    Gracias por tu post -- muy interesante. Para mucha gente les resulta difícil ir al cementerio (más que entendible), pero creo que el acto de ir físicamente no es lo más importante aquí.

    En mi opinión, guardarles a tus seres queridos en tu corazón, o bien mediante apoyos que te recuerdan de ellos (fotos en casa, objetos, cosas compartidas, etc) es lo mismo.

    Total, que lo que yace en la tumba no es la persona en sí, sino su mero envoltorio de cuando estaba en la Tierra entre nosotros.

    Un punto que tocas aquí que es importante para los jóvenes de hoy es el RECUERDO: de tu propia historia, de la de tu familia, de tu pueblo, de tu nación... son nuestras raíces, nuestro patrimonio y la memoria colectiva.

    Los asiáticos y muchas culturas como la de la India tienen el pasado muy presente en cualquier futuro que se imaginan. Pienso que esto es importante.

    Besos!
    Paul

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  3. El año pasado estuvimos de viaje en Vietnam. Tuvimos la oportunidad de ver las casas de algunos vietnamitas, y una cosa que nos sorprendió fue un mueble que está en todas las casas: el altar de la familia.
    El culto a los familiares muertos en Vietnam supone un punto de vista totalmente nuevo a nuestros ojos, y del que aprendimos y seguimos aprendiendo tras aquel viaje.
    Allí se celebran los aniversarios de la muerte de los seres queridos, haciendo ofrendas ante el altar de la familia, ocupado por las fotografías de los familiares fallecidos, incienso y otros objetos.
    El sentido de esta celebración de la muerte es transmitir a los más jóvenes cómo eran sus familiares ya desaparecidos, sus anécdotas, sus vivencias, y hacerles perdurar en la memoria y en el tiempo con una celebración de la vida y del sentido de la familia y la transmisión oral de los valores.
    Precisamente ayer hablábamos de este mismo tema con nuestra amiga Catia de Venecia. Su madre, de 90 años, se encuentra en una residencia viviendo sus últimos días, ajena a todo lo que la rodea, y sin reconocer a sus propios hijos. Catia nos contaba que lo más curioso es que en estos últimos días ha comenzado a hablar de personas a las que nadie de ellos conocen, e indagando han podido averiguar que conversa y recuerda a familiares que murieron hace más de 80 años, siendo ella niña.
    Tras explicarnos este detalle, pensé que quizás todo es como un anillo, y cuando los extremos se acercan (la infancia y la vejez), unidos por un mismo hecho (nacimiento y muerte), hay hechos que vuelven a encontrarse, y un fragmento de nosotros vuelve a unirse en un espacio que no es de este mundo.
    Cuando Catia acabó de explicarnos su experiencia con su madre, le conté la visión tradicional de la muerte del pueblo vietnamita tal como la pudimos conocer in-situ.
    Para nosotros la muerte se asocia a lo oscuro y tenebroso, al miedo a desaparecer, a la pérdida irreparable y dolorosa. Para los vietnamitas es una celebración de la memoria colectiva, un punto de transmisión de valores, de encuentro familiar y de formación, en clave positiva.
    ¡Cuánto tenemos que aprender de todo lo que nos es diferente para entendernos a nosotros mismos!

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  4. Fascinante todo lo que escribes, Joe. Mil gracias.

    Estoy completamente de acuerdo con tu última frase ... ¡y tanto!

    Un fuerte abrazo y gracias por haber enriquecido tanto nuestra tertulia en torno a este tema tan importante de vida, y de muerte.

    Paul

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  5. hola paul!!!
    Muchísimo tiempo tiempo sin hablarte, lo siento, pero mi agenda y la de un ministro son muy parecidas, jejejeje!!!

    El día de Todos los Santos me parece una fiesta (sí, digo fiesta, no hay que estar llorando)importante dentro de nuestra cultura y creo que nos toca a los jóvenes conservarla. Es lógico que muchos jóvenes no encuentren motivos para acudir al cementerio, probablemente muy pocos tengan enterrados allí a alguien que haya formado parte activa de su vida, un padre, un abuelo, una tía... pero eso no exime de que tus padres, que seguramente sea con los que vayas al cementerio en ese día, estén en esa tesitura y simplemente los acompañes.Recuerda que algún día tú estarás en su lugar. Nuestro problema no es la hipocresía, excusa que muchos utilizan para quedarse en casa, nuestro problema es que hemos vivido poco, seguramente no hayamos perdido aún a nadie vital en nuestras vidas por nuestra relativamente corta edad.

    Desde mi punto de vista, el día de Todos los Santos es cuando muestras tus respetos por los muertos, donde lo escenificas como un rito. Eso no quiere decir que el resto del año no te acuerdes de los que ya se han ido, ni tampoco que eres una mala persona por no hacerlo, la vida sigue adelante con los que se quedan y eso hay que asumirlo.

    Otra cosa que a mí no me entra en la cabeza es que ahora es la moda de celebrar ¿HALLOWEEN? No entiendo esas modas absurdas que no pertenecen a nuestra cultura y que nos sumen en un consumismo extremo y sin sentido. Para disfrazarse está carnaval, al menos en España.Considero esta festividad como una señal de respeto, que no por ello de tristeza, pero no me gustan las connotaciones de esta fiesta americana (sorry Paul)

    un saludo para todos

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  6. Estoy de acuerdo contigo y esto, al 100%... ¿Halloween, en España? ¿Por qué? No pinta nada aquí - tenéis (tenemos, ya me siento medio español) fiestas mucho más interesantes. Hay que reforzar éstas señas de identidad, a mi entender. No rendirse ante las presiones comerciales.

    Un buen ejemplo creativo: el movimiento de los italianos del SLOW FOOD para celebrar y "saborear" su cultura culinaria, frente a la erosión que supone la expansión de la cultura del FAST FOOD.

    ¡Gracias por tus comentarios y por haber pasado por aquí de nuevo Patri!

    Un beso
    Paul

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