Distorsiones.
La experiencia de cualquier turista en busca de la realidad de un país...
Lo vivimos Antonio y yo
el otro día, al encontrarnos con dos Vancouver: la una, una ciudad próspera y cosmopolita en pleno 'boom'. Cuyos edificios brillan al sol, y donde las brisas del Pacífico despejan cualquier contratiempo.
Y la otra: una mujer desgastada, fea y cansada, que ha dejado sus hijos abandonados en las calles de East Vancouver pinchándose heroina a plena luz del día. No sólo uno, dos, o tres de ellos, si no decenas. Congregaciones enteras que ocupaban las aceras y traficaban y se pinchaban, como si de un mercadillo se tratase.
Una caminata por la calle East Hastings - más propio de una visita turística al Infierno mismo, marcada por una miseria humana indescriptible - nos recordaba de una manera muy aguda que las fachadas mienten. Las distorsiones nos ocultan la verdad.
Pero allí está, siempre, para retarnos - incluso durante las 'vacaciones'.
Eso es lo preocupante , verdad? , las fachadas impolutas , y el interior minimalista.
ResponderEliminarEnjoy Canada!
Ola Paul, de verdad que lo que describes es triste, y deprimente, yo se lo ques es porque se de casos reales de la vida y porque em mi zona existe um poco de eso y es lo que tu dices, una imagem bonita puede deslumbrar y brillar que nos desvia la atencion de lo que a veces existe alli delante de nossostros...y el mundo de la toxicodependencia tray muchas calamidades...
ResponderEliminarUm gran beso de Portugal
Vera Marques