Sin máscaras

Hola amics!

¡Últimamente mi blog se está convirtiendo en un mini-curso de inglés! No es que haya abandonado el castellano, ni mucho menos. Es simplemente una expresión más de lo que quiero transmitir en este espacio, en lo que es mi Blog Personal.

Quisiera compartir con cada uno y con cada una de mis amigos todas las facetas de mi vida. Creo, junto a Juli (écrivaine habituelle de estas páginas) en el gran valor de la transparencia. Yo te prometo no esconderme detrás de caretas aquí; ¿me devolverás el favor? Si das tu opinión en este blog, sólo te pido una cosa: que nos digas la verdad, que seas tú y ningún "holograma" representándote - con "apodo" o sin, como "anónimo", lo que sea. Lo importante es que seas fiel a tu misma o mismo.

"Abaloon", a quién voy conociendo por medio de mi blog (y del suyo) cada vez un poco mejor, practica la transparencia que celebro aquí, diciéndonos en su comentarios al post "Para Benedicto":

Yo no soy creyente ni practicante, y muchas veces discuto con mis padres, que intentan "convencerme" de que hay que creer en algo. Lo veo una tontería, yo no encuentro mi vida vacía ni mucho menos.

Bravo, amigo. No hay por qué seguir algo en lo que no puedes creer; fingirlo no te sirve ni a tí, ni a nadie.

El problema con la sociedad actual es que nadie cree a nadie. Todos con caretas. Encontrar a una persona con principios, que "practica lo que predica", es cada vez más difícil. Como decía más o menos Groucho Marx, "Soy un hombre de principios, pero si no te gustan los que tengo, ¡pues tengo otros!"

Yo no quiero ser así. Nunca. Procuro ser* completamente WYSIWYG, "What You See Is What You Get". Una expresión de ello es mi decisión esta semana de publicar la foto de mi pareja en este blog (junto a una declaración de amor en las palabras de uno de mis poetas norteamericanos favoritos, Walt Whitman). ¿Podría esto "molestar" a algunos? ¿Sorprender a otros? Sin duda. Pero no encuentro suficientes razones para que sea necesario no firmar con mi apellido aquí, ni compartir contigo quién realmente soy. Puedes ser amigo, enemigo, alguien curioseando en plan transeúnte virtual o una persona completemente indiferente a mis ideas aquí.

No me importa. La razón de ser de este espacio es que todos (y todas) se sientan calurosamente acogidos aquí. Cada idea importa, cada persona cuenta.

Y no es que esto sea una filosofía mía. Lo aprendí de mi Maestro, cuyo "Reino no es de este mundo". Afortunadamente. Su mundo es muy similar a lo que nos dibujaba John Lennon en "Imagine": no hay Religión, ni Nacionalismos, ni ningún otro "ismo" instalado en su Reino. De hecho, todo va al revés dentro de Sus Fronteras: el rico es pobre, mientras que el pobre habita en mansiones. El grande es pequeño e insignificante, pero el más pequeño y débil acaba siendo fuerte y temible. Los santos son pecadores, y los pecadores son santos. Los primeros son los últimos, los últimos: los primeros.

En Roma sufren una amnesia terrible en cuanto a estas grandes verdades del Carpintero. Pero también en muchos círculos de la Religión del Norte. Y allí radica el perverso poder de estos sistemas religiosos: te imponen una máscara, te obligan a seguir con miedo, negando ser quién y cómo eres.

Pero la Gran Invitación a descubrir la Vida Misma nunca ha sido tan complicada. Se resume en dos sencillas palabras que Él dirige a ti y a mi, y son palabras llenas de un sentir de aventura, de esperanza, de no saber lo que se esconde por detrás de la próxima curva en el camino:

Sígueme. Follow Me.

Sin miedo. Sin máscaras.


* A veces fracaso en el intento, como hace poco en Valencia cuando, en una conversación con una persona de mi sector no logré ser tan transparente como me hubiera gustado...