26 junio 2006

Regalos inesperados


Libertad del miedo, 1943, por Norman Rockwell - www.nrm.orgOjalá pudieras leer estas reflexiones por la noche, antes de acostarte. De esta manera captarías el sentir que tengo en estos momentos. Pero no importa: si me lees durante el día, espero que logres "entrar", igualmente.

Hoy me voy a dormir feliz. Y eso, gracias a dos amigos míos que esta noche me regalaron algo inesperado.

Después de un día atareado en la agencia, fui a casa de María José y Juan Pablo, también publicistas "cibernéticos". Me habían ofrecido ayuda en la preparación de una ponencia que tengo que dar esta semana. (Ejem: vale, te lo voy a decir todo...) La verdad es que me "prestaron" a sus hijos - para un tema de vídeos que quería grabar e incluir en la presentación.
(Te aseguro que los niños salieron encantados y debidamente remunerados... ¡con chuches!)

Esto en sí ha sido maravilloso, y muy típico de sus vidas: abiertas, generosas; vaya, que son personas fuera de serie. También fue bonito cuando conversábamos en su terrasa, rodeados por los niños, terminado con una cena y una interesante tertulia.

Pero lo mejor de todo el día fue el momento de la despedida, cuando me hicieron el regalo más grande. Antes de comentártelo, decirte que justo el otro día estaba pensando cuánto me faltaba últimamente el contacto más a menudo con los niños pequeños. Paso todo el día con adultos y por eso noté cierto anhelo dentro de mi de "conectar" con ellos y con el universo que habitan. Y mira como es la vida a veces: hoy me encontré rodeado por niños, jugando con ellos, aplaudiendo sus "goles"y sus bailes, escuchándoles encantado... (Cualquier padre estresado leyendo esto deducirá en un plis que soy uno de esos tíos de fin de semana, ja ja - no te ríes demasiado de mi.) Pero ahora en serio...

¿El regalo? Me lo dieron precisamente en el momento de salir del piso, cuando María José me llevó al cuarto que comparten los niños y les observábamos los tres, allí tumbados, durmiendo tan tranquilos. En ese momento se paró el tiempo un par de segundos. Sentí el amparo del hogar, el amor de los padres, la paz y la seguridad que ojalá pudiese regalar a todos y a cada uno de los niños de este planeta. Y volví a mi casa feliz.

Desde aquí: gracias, amigos.


Imagen: "Freedom from Fear", 1943, Norman Rockwell

5 comentarios:

  1. Hola Paul:

    Hay una edad en la que todos dejamos de dormir con tranquilidad, esa expresión de "duerme como un niño" es sólo privilegio de los más pequeños.
    Tú sólo puedes verlos y envidiarlos, transmiten tanta paz y tanta felicidad que se te contagia un poco y, además como ellos son todavía inocentes no les importa compartir y que disfrutes con ellos.
    Ójala todos mantuvieramos algo más en nuestra persona de cuando éramos niños, hay cosas que sólo se pueden compartir y vivir siendo pequeño.
    A mi muchas veces me dicen "pareces una niña" y, yo siempre les respondo: espero seguir siendo siempre una niña.
    Como ejemplo, la noche de San Juan, aquí hay unas hogueras muy famosas, las de Paxón, bueno pues de mi grupo de amigos yo fui la única que me atreví a montar en las cadenas con el hijo de un amigo mío, la media de edad era de 7 años pero a mi me dio igual...
    Nunca nos olvidemos del niño que hemos sido...
    Besos

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  2. Sí señorita! Tienes toda la razón del mundo ;-)

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  3. Bueno ... Los niños, y las niñas son ... la vida. Y lo escribo con puntos suspensivos, porque en el fondo, no sé encontrar el apelativo adecuado con el que expresar todo lo que llegan a significar.

    Hace algún tiempo leí una frase que he guardado dentro de mí (desconozco si es de autor, así que perdonadme si lo es y no lo menciono), y dice así: "Tú no has heredado la tierra de tus padres, sino que has tomado prestada la tierra de tus hijos". Ellos son también el .. futuro, y la energía que mueve el mundo, y la sonrisa, y la paz, y lo inesperado, y lo esperado, y lo más limpio, y lo más suave... Y sí, cuando duermen, rezuman todo eso, y más. Sus manitas relajadas, con los dedos entrecerrados, la respiración pausada, la expresión placentera de estar recargando energía. De hecho, toda esa energía es la que le traspasan a una o a uno, cuando está con ellos. Por ello es mejor no estrasarse ¿para qué? hay que estar relajado para percibir esa energía.

    En fin, que sí. Trabajemos para que lo tengan fácil. Démosles la oportunidad de estar a gusto, no nos carguemos el planeta, y transmitámosles los valores que les sirvan para vivir ... ufff ya me he puesto trascendental.

    Simplemente felicidades por tu blog Paul :)

    Besos

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  4. Hola "Emjey" y bienvenida a nuestro pequeño espacio de amigos. Aquí se permite - es más, se fomenta - la "vena transcendental", así que tus comentarios siempre serán bienvenidos ;-)

    Me alegro mucho que hayas participado en esta tertulia y me encanta lo que has compartido. Gracias por visitarnos ¡y que vuelvas pronto!

    Un abrazo,
    Paul

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  5. Gracias por esta pequeña reflexión a todos. A mi humilde entender muchas veces comparo a los niños como pequeños árboles en crecimiento hacia la madurez. Desde que son semilla en el vientre de mamá, ellos encierran todo el potencial que irán desarrollando a lo largo del tiempo que vivan. Pero no es suficiente. Como a toda hermosa planta lo que lo hará bello entre los demás es el cuidado tierno para que su piel experimente los minerales curativos que lleva un beso acompañado de una sonrisa, disciplinaldor pero amoroso para que crezca hacia arriba y no torcido, fresco para que sus extremidades se muevan como hojas en una tarde de verano y sepan ser flexibles a los roces, trayendo alegría a su alrededor sin importar las circunstancias, y dulce para que cuando empiece a dar fruto en sus diferentes edades puedan saciarse todos los que están a su alrededor (quizás con dos segundos sea suficiente). Cuando duermen sólo son reflejo de los cuidados recibidos aunque también los hay de tan buena calidad y fortaleza que tienen carácter propio para vencer cualquier adversidad sin acusar los envites, pese a que siempre son los menos y muchos los que quedan marchitos por nuestra falta de compromiso con ellos. Qué importante es reflexionar sobre los cuidados que indirectamente reciben del exterior por parte de los educadores, publicistas, creativos, etc... seguro que el divertido amigo de papá y mamá dejó algo hermoso a los pies de cada árbol esa tarde.
    Gracias a todos los que sueñan con hacer reir a un niño o cómo evitar su sufrimiento. Si lo haces por uno vale por muchos porque, extraordinariamente, estos actos suelen llevar efecto multiplicador; recordad: son árboles y encirran miles iguales a ellos en cada una de sus semillas.
    Buena cosecha a todos!

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